A veces me causa gracia ver gente de ciertas ordenes hablar del secreto que no puede decirse e ignoran el mas excelso secreto. En definitiva suplantar el secreto por un vacío de contenido, estaría hablando de un secreto sin que sepan que ahí esta. Una suerte de extraña ecuación que solo un genio o el mismo Espíritu pudo haberla concebido. En definitiva X = Harpocrates. Los sonidos de la flauta de Pan, aun están lejanos y cada nota, marca su tiempo. Por lo tanto, todo ha sido dicho. Muy distinto en cambio es saber verlo. Encuentrele ahora el valor a Harpocrates y vera que no era nada, y al decir nada, se ha dicho todo, y aun así queda todo a la vista, pero nada se comprende.
El don de Dios o es revelado o transmitido de boca a oído. Claro que hay que saber de que y para que. Entonces cuando alguien lo recibe sabe que es una gracia superior. Y por mas indigno que se crea, al menos sabe que no es tan necio. Mientras que por otro lado quien no indago cielo y tierra, sigue rumiando el pasto de la razón. Eso es el mayor alivio. No conoce la mano que da, ni comprende que toma la otra. Al final, una sonrisa solitaria ríe con mas brillo que las risas de quienes siguen rumiando. Porque todo radica en el porque de la búsqueda, sin ese porque, se esta demasiado lleno como para hacer espacio. Porque bien lo sabe "el tonto" y "el loco", lo que no, quien tiene su cuenco lleno. Hasta puedo asegurar que alguien se irrite por lo dicho en lugar de dar gracias. Porque seguirá sin un porque buscando los porqués cuando al fin esta todo dicho en ausencia de la real pregunta.
Alex.