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martes, 21 de diciembre de 2021

Fermentación

 



Los instintos no son malos de por si, son nuestra naturaleza animal que debe regir nuestro cuerpo. Sucede que el ser humano, no es enteramente animal, ni enteramente humano y en un punto ambas naturalezas se confunden y no son ni lo uno ni lo otro, tomando placer en las pasiones. Asi, el verdadero mago y el verdadero artista, intentan superar a sus instintos, uno a traves de las ideas otro plasmando impresiones. El alquimista ve en todo esto la funcion de natura, por ejemplo como la sangre menstrual femenina es pura en su materia generativa reuniendose en la matriz, pero cuando se acumula y va aumentando su volumen. La sangre nueva que ingresa sobre la ya acumulada, fermenta por la mezcla bajo el calor de la matriz y se va volviendo corrosiba. Tal observacion sobre nuestra naturaleza animal, da al alquimista la pauta de los misterios de la naturaleza misma y sus principios. Mago, artista, alquimista, se inspiran en algo superior a ellos y lo observan con consciencia de sintesis. Los materialistas y ateos en cambio, no pueden ver ni en la luz superior ni en la de la naturaleza, por ello intentan saquearlas desde la visión de otros y sin entender, profanan y pisotear aquello que no comprenden como los perros que reciben lo sagrado y despreciandolo por su incapacidad se vuelven contra quien lo expresa para despedazarlo.
Aqui contesto sobre la técnica de fermentación alquímica que me han preguntado en privado, si se sabe comprender lo de la matriz.
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sábado, 11 de diciembre de 2021

Un Alkahest

 



Ciertas cosas son cuando se ve hacia dentro. Y aun aunque suene imposible, se oye también. Cada cual que escoja su paradigma porque libre es elegir. Cada día es un reto. Cada sol marca su tiempo. Asoma su rostro la gran dama. Los reflejos rematan todo instante. Como los pasos se perpetúan tras los signos del olvido. La materia primordial no puede ser asida. La viva Madre, da a luz, aquello que el viento lleva. Entonces en florido plenilunio se disuelven los velos y la mágica agua como la ardiente sal, sobre tierra se condensan. Milagro que natura cobija. Dulce agua y salado fuego a la luz de vivas las estrellas, tal como en hombre y mujer en la intimidad de su abrazo. Todo lo que da vida, por sus signos se asemejan. La tierra ama lluvia y rocío; el agua ama perderse en ella. El cielo tiñe de color los ojos; vida en resplandor se expresa magnética y eléctrica. El amor se da al fin en las miradas. Su vida retoña otra carne de sus cuerpos. Como un tronco muy oculto en espeso bosque, asoma raudo el sabio, y sin lugar a dudas, sale de la encrucijada, para lanzarse rapido y hurtarle así un beso de sus labios a Sofía.




En la misma tonica y gótica de los fuegos de San Juan, de profanos asados, o de casas y campos arrasados. La gris ceniza se mezcla con la lluvia. Se filtra en el suave algodón de vida y al llegar la noche esperada de primavera, asoma en fiesta bajo los astros; y aquel león en la espesura. fuerte, verde, heráldico, alumbrado simil al niño divino en bajo luz de Selene. encubre al disolvente vuelto hoja y mineral, aflorando común a ambos reinos. Sopla ahí la suave brisa al sonido de Pan. Entonces danzan en corona las hadas, para este es pan de la futura ambrosía. Rosca de reyes, ante el cual daran gracia las aves y los peces tal como al despuntar de cada mañana. En Galia canta el gallo, de hermeticas alas. Por la noche destella guirnaldas de la luz, tejidas por luciérnagas. Y en contraposición al materialistas, dama alquimia, despoja de su color el metal de los ricos, ocultandolo su luz que se disuelve en agua, (aunque para el humilde, mejor sumergir en esta fuente a brioso Marte y actractiva Venus). Espíritu de color de las hojas, plagadas de vida; que huele al fin, con esa fragancia de tilos y azares, en las mas bellas noches de lluvia.
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