La ambrosía griega como alimento de los dioses, o amrita en la India, alimento de "devas" y dioses, nos dice dos cosas, era un alimento sutil, vital y energético y los devas que lo usaban, no son ángeles sino seres inorgánicos y los dioses de los que se habla son dioses mortales (planetas, astros). También se la asocio con el Soma vedico, que debe haber sido el primero y mas antiguo, ya que mas tarde el soma era un elixir vital de plantas y también alucinógeno, o mejor dicho enteogeno. Esto ultimo también muestra la declinación de las eras y la perdida del conocimiento. El caso de Gilgamesh, es la metáfora del viaje heroico del iniciado al inframundo y volver renacido y la búsqueda del elixir de la vida, alimento de los semidioses. En este sentido Gilgamesh, no es diferente a Hércules (Herakles), uno podría definirlos como personas extraordinarias como por ejemplo también a Circe, en términos de Castaneda los llamaríamos naguales, seres con mas compartimientos de energía y capaces de logros no convencionales. Hasta hace un par de siglos o incluso siglo y medio algunas y algunos machis de arauco podían todavía realizar esas cosas extraordinarias. Hoy día han perdido esas capacidades, aunque aun en Perú, la India, Siberia y México quedan algunos iniciados en antiguos misterios capaces de realizar algunas cosas extraordinarias. Cuando uno ve algunas películas chinas de kung fu, donde algunos antiguos artistas marciales vuelan como planeando, son proezas que han quedado como memoria de un tiempo en que el chi kung era ciencia y unos pocos individuos podían hacerlo. Pero en este tiempo se nos pide que dejemos que el Espíritu Divino alimente nuestra alma, ya habrá otro tiempo donde vuelvan las proezas, pero de un modo mas sublimadas.
Caso distinto, aparte señalo el de la New Age, Maestros Ascendidos, progresistas, materialistas, eugenistas, seguidores del masón Zecharia Sitchin (que creen que las fuerzas creadoras Elohim, son extraterrestres), nazis de purismo racial, cyberpunks inconcientes, comunistas que hablan de defender al oprimido y luego lo vuelven un numero, un esclavo, un engranaje de la maquinaria estatal sin derechos, y claro la elite ante la cual somos cucarachas, y Satanas el padre de todas estas ideas que busca despojar al humano de su alma y llevarlo a la ruina. Pero todo esto ya lo habían profetizado desde místicos videntes hasta iniciados como Rudolf Steiner.
Seres que centran en el ADN como si se tratara del verdadero Árbol de la Vida y desde su materialismo, quieren meter mano donde no les corresponde cayendo en la soberbia de querer ser dioses y vuelven a querer cometer el mismo error descrito en el lenguaje alegórico del Génesis. Es extraño que muchos "iniciados" y "religiosos" caigan también en esto, terminando como títeres de demonios por ambición, arrogancia y necedad. Oh si, nuestras ideas vienen de lo Alto o de lo bajo, y cada cual sirve a su amo, el plan Divino, su Voluntad, o caso contrario al demonio.
No caigamos en que las ideas son nuestras, (ya hablo bastante Platón sobre este asunto).
Mas Paracelsos y menos genetistas, necesitaba este mundo.
Mensaje recibido el 1 de enero de 1967, por Benjamín Solari Parravicini, de los Mentores Espirituales, para cada hombre de buena voluntad y corazón sincero, frente a los acontecimientos cuya inminencia anuncia.
Hijo:
La hora es dada. Vivifica tu espíritu en Cristo. Contémplale y sírvele. Aprende de Él su infinita bondad, su santa caridad, su modestia íntima y su paciencia.
Ve tú por los caminos tolerando al hermano incómodo, al incomprensible, al que ataca. Perdona la injuria, disculpa a quien hiera tu sensibilidad de hombre sano. El Señor así lo hizo contigo. No lo olvides.
Cerca están los aciagos días: el hombre buscará en protestas. Tú debes enseñar con el canto en el corazón pleno de agradecimiento. Hazle comprender que no nació para la existencia regalada ni egoísta. Debe saber que llegó al mundo para cumplir castigo de expiación.
La cuna, desde el primer instante de sus días le entrego su cruz.
Bendito será el que supo alzarla sobre su hombro herido en sangre. Bendito será porque llegará al Padre.
Vigilad, atended, observad, comprended. Llegan los tiempos de la confusión. Los sellos hablarán.
Los veinticuatro ancianos observarán y dirán: Hora es de truenos, de relámpagos, de voces en las voces de los hombres que dirán del Espíritu Santo y dirán del mañana.
Ellos predecirán y ellos conocerán el hábito del Soldado de Cristo y ellos serán.
Hijo:
Los que en redención se hallen verán a Dios, pues cruzarán la tribulación y la oscura noche. Jesús les dará luz y morarán en la verdad.
Ya no resta tiempo y no lo habrá. La Bestia trepa y moverá nación contra nación. Llega la niebla de las nieblas. El acusador marchará iracundo contra Cristo y su iglesia, y la Iglesia sufrirá heridas de muerte, mas sobrevivirá para entregar la paz al hombre salvado luego de la grande prueba.
¡Cristo llega! ¡Mahabbarata! Repítelo con fuerte voz de trompeta sobre los endurecidos oídos de la hora. ¡Necesario es!
Todo aquel que no escuchare, condenado será. Todo aquel que atendiera y entendiera verá y repetirá en fe: ¡Cristo llega! Es ya la hora. Es ya la hora de la verdad.
Porque el azote caerá sobre el hijo de la ira, sobre el ciego. El Padre toleró su libertad desmedida, su baja entrega a la materia, a los dineros, a la falacia. El silencio ante su palabra mentida, ante su sucia mentalidad, su criminalidad, su petulancia, su cinismo.
El Padre ya colmado fue en su paciencia. Él otorgó. Él enseñó. Él envió a Su hijo en redención y el bien no fructificó.
El hombre camina su falsa verdad, anda la senda de las tinieblas y caerá al profundo precipicio de la aflicción y allí quedará. Ese consentido rey, hombre-dios, hombre invencible, hombre sapiente, ¡hombre-hombre!
¡La plaga del pedrisco le cubrirá! ¡Ay de aquellos que confundirán sus ayes lamentosos, tratando de engañar en la hora magna! ¡Ay de aquellos! Porque nubladas les serán las mentes, paralizados los miembros y deambularán errantes tras abrigo y tras sus metales adquiridos en mal uso y manera, corriendo la seca vida de la desesperación. ¡Ay de aquellos! Porque el fuego les consumirá, mas no morirán.
Hijo:
¡El Ángel del castigo llega!
Repito: ¡La hora es dada!
Orad.
Orad por la restitución de las cosas, por la salvación de los buenos, por la luz en luz de luces. ¡Por el grande Reinado!
Dad presto a beber al sediento. El balde es en frescor de vida. Él apagará la sed. El justo aguarda.
¡Grítalo! ¡Grítalo! No habrá ya más tiempo. La bondad infinita del Padre permitirá aún, en el postrer instante, ver al que lloró.
Repítelo: "El día del Señor vendrá como un ladrón..."