La tradición abarca muchos aspectos.
Cada arte, cada ciencia, cada religión tiene la suya. Y aun más, existe una
tradición universal. Esta se remonta incluso a tiempos antediluvianos. Podemos
usar la palabra cabala para referirnos a tradición. En esta obra, refiero a la
cabala hermética,
Habíamos dicho que Mercurio era
análogo a espíritu, Azufre a alma y Sal a cuerpo. Aplicado esto al trabajo
alquímico de laboratorio, desde la cabala hermética y la kabbalah hebrea,
debemos observar que Mercurio corresponde en el Árbol de
Ahora bien el termino hermético
mercurio, puede significar diferentes niveles, como una "mente"
mineral, la mente humana o también espíritu. La razón de esto, es que ambas
cosas pueden acoplarse, o mas bien sumarse, (de ahí que la matemática egipcia
se permitía sumar cosas diferentes "limones" y "naranjas"
si vale esta expresión figurativa, algo que ya explico muy bien el profesor
José Álvarez López en su libro: "El Enigma de
Para explicarlo, veamos lo siguiente: Tanto en el mineral como en el humano, el centro instintivo a nivel del mundo de Assiah, o mundo Cabalístico de la acción, el cual tiene su propio centro instintivo mental, regulado por el espíritu de forma inconsciente. De ahí que tomamos energía vital desde el cosmos sin saberlo conscientemente al respirar y al alimentarnos. Lo mismo con ciertas diferencias sucede en el reino mineral, vegetal y animal. Esto para el alquimista es de gran importancia al tratar con su sustancia. Pero es igual de importante en otro nivel para el ser humano en su trabajo místico, o sea a nivel del alma. Lo que nos trae a las diferentes formas de alquimia. La mineral o de laboratorio, y la espiritual o del alma. A esta última correspondería más bien el término misticismo. Existe otro nivel de alquimia, uno intermedio entre estas dos, la cual podemos llamar interna y es la que nos plantean ciertas técnicas de yoga, chi-kung y nei-kung o el tantra, pero que son un apoyo energético para la alquimia espiritual o del alma, y trabajan con el prana o chi del Spiritus Mundi, aunque muchas veces tienen otras aplicaciones metafísicas de orden mágico. En la alquimia espiritual, o mística, la persona que siente el llamado divino, comienza a elevar su mercurio haciéndolo ascender por encima de su cuerpo hacia lo alto, sea con meditación de elevación, sea con oración, hasta que en un punto se realiza cierta operación mas consciente donde la persona, recibe la gracia y toma fuerte contacto con lo divino a través del Espíritu Santo, el cual comienza a despertar y alimentar el alma de forma sobrenatural. Esto es análogo aunque inconsciente a como el mineral, el vegetal y nuestro propio cuerpo animal, se alimenta del Spiritus Mundi, o fuerza de vida.