Esta es Sofia, una diosa griega. Negra como las vírgenes negras. La escalera es el Árbol de la Vida. Es también el Eon Sophia gnóstico. En el tarot adquiere dos formas: La Emperatriz y La Sacerdotisa. Ella nos habla del conocimiento esotérico, reservado, de aquel que sube por la escalera de los sabios. La rosa roja símbolo de nuestra materia lograda. Es también un laberinto, como el de las catedrales. Dentro de ese laberinto se concentra el roció de la primavera, y en el, el salniter, o sea la sal del aire.
El laberinto es nuestra rosa, (rosa-cruz) rosa y cruz, o sea rocío cocido.
Teseo logra no perderse en el laberinto, gracias al hilo de Ariadna.
Cabe decir que tal Ariadna, la araña que teje su hilo y hace su red, es quien cuela los peces del mar de los sabios. Ariadna encarna al ángel de sabiduría que guía al alquimista y a su amada alquimia, su dama, su amor. La tradición, la cadena de los sabios. La Aurea Catena.
Los filósofos herméticos, buscan la sabiduría de lo alto y el conocimiento de la naturaleza. Atrapar la sal de lo alto. La sal oculta en el aire, la sal de Amon.
Pero no es sabio si no busca su centro profundo, la sabiduría que desciende de lo alto a su corazón, y de ahí, a su mente.
Inspiraciones desde el nivel de los superior, pero que atraviesa el Abismo de Daath (conocimiento) hacia las aguas inferiores.
La rosa del alquimista es el símbolo de la piedra realizada en el laboratorio. Y también la del alma inseminada del espíritu. El alma que tiene su renacimiento y al Si mismo del Universo en su interior. Como es arriba así es abajo. El alquimista se vuelve un espejo que realiza a Cristo en su interior. Cristo nacido de su Madre y del Espíritu. La madre universal materia Mater de las almas, y el Cristo, la conciencia y la Vida. Aquel que es el centro en todas partes...ego sum lux et veritas et vita.
Alex.